¿Cuántas veces has consultado tu teléfono desde que has salido de casa? ¿Cuántas decisiones te ha ayudado a tomar en las últimas tres horas y cuántas ha tomado por ti? Posiblemente muchas. Es muy probable que los algoritmos encargados de tomar estas decisiones te hayan acompañado y no te hayas dado ni cuenta.

Un algoritmo es un conjunto prescrito de instrucciones que permite llevar a cabo una actividad paso a paso y sin generar dudas. Hoy en día estas instrucciones han servido para que el humano cree una inteligencia artificial a su medida. El lenguaje con el que las máquinas toman decisiones se infiltra cada vez más en nuestra vida cotidiana. Nuestra forma de estar en el mundo viene determinada por nuestra interacción con las máquinas: se han convertido en un miembro más del cuerpo humano contemporáneo.

Los algoritmos suaves entiende el algoritmo como un eje de comunicación entre humano y no humano: como un punto de conexión entre dos formas de existencia. La exposición recoge las propuestas de una serie de artistas cuyas prácticas ponen en escena esta forma de comunicación y sus contornos como un sistema de códigos y señales que afectan a los cuerpos. Los algoritmos, en tanto que envío de señales codificadas que producen acciones, se alejan de la función simbólica que configura el lenguaje y, por lo tanto, no están pensados para formar texto, sino para desencadenar una actividad. Este hecho sitúa su campo de acción en un plano corporal y lo posiciona en un estado prelingüístico que se asemeja a formas de comunicación más orgánicas como las de los animales o las plantas. De esta manera la exposición pretende generar un encuentro más táctil, epidérmico y suave, desde el que construir alianzas.