¿Sería posible recrear El Jardín de las Delicias de El Bosco en una instalación de esculturas inflables y electrónicas?

Salvando las grandes distancias, esto es Jardín Autómata: una gigantesca instalación formada por un centenar de esculturas inflable-electrónicas inspiradas en los hermosos, extravagantes y sugerentes personajes del artista flamenco, partiendo de su famosa obra La cabalgata del deseo, que decora el panel central de su tan aclamado tríptico.

Los personajes: humanoides de todos los géneros, cuadrúpedos sencillos y mestizos, seres híbridos, mujeres de grandes pechos-antena, animales cabeza-globo, la jirafa mutante, huevos y peces con piernas, y un largo etc., conforman un bosque de diferentes figuras suspendidos en el espacio de la sala. En esos cuerpos translúcidos, sus motores, como corazones eléctricos, insuflan aire en su interior, marcando con sus ritmos una indescifrable sinfonía eléctrica. Luces led terminan de conformar los cuerpos y una lluvia de cables y circuitos electrónicos se descuelgan desde las figuras hasta posarse en el suelo de la sala.

Sin embargo, mientras que la obra de El Bosco, encasillada en la profunda religiosidad del autor, conforma una crítica al pecado de la lujuria, la artista Olga Diego crea un mundo sugerente e idílico, un inquietante paraíso de libertad que lleva a reflexionar acerca de la sociedad consumista, del derroche desmedido que domina a la sociedad actual y conforma realmente nuestro inmenso pecado: el plástico.