ADSUARA, VICENT Y PERESEJO: TRES ESCULTORES MEDITERRÁNEOS ENTRE LA TRADICIÓN Y LA RENOVACIÓN
Duración: Del 13 de septiembre de 2018 al 6 de enero de 2019
Lugar: Museo de Bellas Artes de València
Comisario: Jaume Penalba
Organiza: Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y Museo de Bellas Artes de València
Entrada gratuita
Con la exposición del Museo de Bellas Artes de València ‘Adsuara, Vicent y Peresejo: Tres escultores Mediterráneos entre la tradición y la renovación’, dedicada al castellonense Juan Bautista Adsuara Ramos (1891-1973), al valenciano Carmelo Vicent Suria (1890-1957) y al alcoyano José Pérez Pérez, Peresejo (1887-1978) se recupera la obra y figura de estos escultores nacidos a orillas del Mediterráneo en un momento de gran efervescencia creativa en la plástica valenciana. Herederos directos de la tradición escultórica decimonónica, encarnada, entre otros, en la figura de Mariano Benlliure, participaron en la corriente renovadora de la escultura española, la denominada renovación post-Benlliure, que supondría el abandono del imperante burguesismo, así como del naturalismo impresionista iniciado por el maestro valenciano, en beneficio de la recuperación de los valores puramente escultóricos de la forma, el volumen y la masa.
La muestra reúne medio centenar de obras entre esculturas y obra sobre papel, muchas de ellas restauradas para la ocasión y nunca expuestas al público pertenecientes al Museo de Bellas Artes de València, al Museo de Bellas Artes de Castellón, al Museo Nacional de Arte Reina Sofía de Madrid, Real Academia de Bellas Artes de San Fernando o la colección del Ayuntamiento de Alcoy además de a colecciones particulares de Castellón, Valencia y Madrid a través de las cuales el visitante tendrá oportunidad de aproximarse al universo creativo de los tres escultores.
Prácticamente olvidados a día de hoy, o en el caso de Vicent y Peresejo, profundamente desconocidos en su tierra natal, la presente exposición pretende suplir la escasez tanto de estudios como de muestras dedicadas íntegramente a la escultura, la cual ha quedado a menudo relegada a un inmerecido segundo lugar frente a la pintura, obviando la diversidad y calidad de la tradición escultórica valenciana de la primera mitad del siglo XX, en un intento por abrir nuevas vías de investigación, contribuyendo con ello a la valoración crítica, no solo de nuestros tres protagonistas, sino de una larga nómina de escultores cuya producción sigue aun a día de hoy pendiente de una profunda revisión y puesta en valor.